Trabajo de lengua 1

La lluvia caía con fuerza y el viento hacia vibrar peligrosamente las ventanas. Asustada me levanté a mirar a través del empañado cristal de mi habitación, pero al ver mi reflejo en él me sorprendí, estaba toda ojerosa y despeinada, tanto que parecía un muerto de una mala pelicula de thriller. Una rama desprendida me despertó de mi ensueño para hacerme contemplar como el huracán se acercaba a tierra.

Hice ademán de volver a la cama pero reparé en una tilitante luz procedente de una ventana del ala este. El despacho de mi padre, pensé pero no tenía ni pajolera, y nunca mejor dicho, idea de que hacia allí a esa horas de ...Una tremenda tos interrumpió mis pensamientos para dejarme con la garganta seca y un dolor en el pecho.
- Ugh... - susurré frotándomne la garganta - Necesito agua.

Me encaminé a la cocina de mi enorme casa que casualmente estaba al lado del despacho de mi padre anque debía de tener cuidado porque mi padre, medio sordo como está no me oiría ni aunque fuese tocando los platillos a su lado.
La puerta estaba abierta y en seguida vi a mi padre sentado en su butaca de cuaro pero no estaba solo por lo que me pegué a la pared cuando una esbelta rubia aparecio a su lado. Hacía mucho tiempo que no veía a mi padre con una mujer, ni guapa ni fea.
- No lo se Gretta. Mary-Kate es pequeña aún.
. No te mientas Charles, sabes que Leena tenía la misma edad.
- Perdí a mi esposa por vuestra culpa y no estoy dispuesto a perderla ella también. - la ira tintaba las palabras de mi padre.

Sabia que estaba mal quedarme escuchando a escondidas por mucho que la converación fuese sobre mi pero la mención de mi madre fue lo que me retubo ahí aunque tal vez hubiese sido mejor haberse marchado cuando pude pero la mujer volvio a hablar.
- Ni tu ni nadie podria haber evitado que se suicidase

Solte un gemido ahogado. Mi madre se habia sucidado, no lo podia creer pero entonces ella se giro hacia mi y sus felinos ojos de un rojo sangre se me clavaron como puñales. Sali corriendo hacia mi habitacion con sueño y preguntas sin responder pero al final me dormí. Y al final todo se volvió blanco cuando desperté, las imagenes se sucedian con una rapidez abrumadora: aquel ruido quirriante que me despertó aquella noche, esa uñas en mi cuello, el liquido caliente y denso que mojaba la cama y solo recordaba una cosa con claridad: los ojos inyectados en sangre que miraban mientras moría.